Obra Poética de Conrado Blanco Plaza Hijo predilecto de Quintanar, a cuyo Ayuntamiento ha legado su biblioteca y archivo n. 1.913 + en Madrid 1.998, durante muchos años fue empresario del "Teatro Lara" patrocinador de los recitales "LAS ALFORJAS PARA LA POESÍA" Ver poema que le dedica E. Rioja al conocer su muerte por Internet "N O S T A L G I A S S E R R A N A S" (Ensayo Poético) (Nota de la webmaster: Son poemas de su juventud) |
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Al paso perezoso de la yunta Noche de Castilla Te quiero cantar A Gabriel y Galán |
El entierro Decoración ¡Y me da mucha pena! |
También yo lloré ayer Y viste como Isabel Pensamientos |
¡S E N T I R!
_ ¿Que has matao tu mujer? ...¿Que has muerto a mi Rosa? ¡Esa hija guapa que siempre hi cuidiao! ¿Y por qué?... ¿Te ha hecho alguna cosa? ¿Es que tiá engañao? _ ¡No! _¿Es que tiá ofendío? _ ¡No! _ ¿Tián robao su amor? _ ¡No! _ ¿Pues qué es lo quiá sío? _ ¿¿Que no creía en Dios!!
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NO ME DA LA GANA
¿Que te dé yo un beso? ¡ no me da la gana! no quiero mancharme en tus labios de grana con esa impureza que me finge miel: yo cuando dé un beso, será con locura a una mujer santa, a una mujer pura, con belleza de alma, sin odios ni hiel. ¿No ves que ha ya tiempo que te he conocido, y hasta me avergüenza el haberte querido con el alma siempre de amor encendida?: ¿Marcha de ahí, mujer, que en vez ya de amarte, para siempre quisiera olvidarte u curar para siempre mi herida. Para un poco a pensar lo que has hecho, y después hunde el dedo en mi pecho y sabrás donde existe el dolor: y una vez sabido, pide a Dios Clemencia, que habrás de dar asco a tu propia conciencia al ver que eres toda un poema de horror. _¿No te atreves? Pues no compadezco tu desventura; no me pidas besos; vuelve en busca de él: que yo cuando bese será con locura, a una mujer santa, a una mujer pura con belleza de alma, sin odios ni hiel. |
¿QUIERES UN PAISAJE? ¿Qué me has dicho? ¿que es bello mirar al poniente, cuajado de tintas azules y rojas, bajo de los pinos y junto a una fuente con damas hermosas que acaricien suave y constantemente rociando tus labios con mieles sabrosas? ¡Oh, poeta ruin! cuán sucio es tu canto, no te compadezco aun siendo mi hermano mientras no aprendas que es pobre de encanto todo sentimiento que inspira lo humano. ¿Quieres te dé algo que sí satisface?... ¿quieres un inmenso y florido paisaje? pues marcha a tu casa, mata tu locura, ahoga en tu pecho toda humana voz: y bajo el silencio de una calma pura cerrando los ojos... ¡piensa sólo en Dios!
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¡... DÉJAME...! ¡Déjame! ¡No me digas nada del placer profundo! déjame que marche, no me hagas llorar; que es falso tu amor, que es falso tu mundo; déjame si quieres..., ¡no quiero pecar!
Me vuelvo al convento, vuelvo a ese silencio donde el alma llora con resignación; deja que a Dios mire, deja que respire todo el oro viejo del místico incienso... ¡déjame que muera pronunciando, humilde, mística oración!
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MORIR VIVIENDO ¿Que estoy muy enfermo, y es de amarla tanto? ¿que si sigo amando, pronto he de morir? ¡ni me causa pena, ni me causa llanto!, no miro a la muerte con ojos de espanto, que morir queriendo es siempre vivir; y estoy bien seguro de no sentir nada, aunque sus miradas me echen fuertes lazos y opriman mi cuello con nudos muy gruesos: ¡que entonces el alma tendré anestesiada, por el dulce arrullo de sus tiernos brazos y la blanda brisa de sus rojos besos!
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¿PARA QUÉ AFANARSE? ¿Para qué afanarse por lograr riquezas? ¿para qué afanarse por pasarlo bien? ¿no es al fin lo mismo, sonrisas que quejas... cuando ya pasaron?... ¡desprecio el "Edén"! y desprecio así mismo todas esas ciencias que traen al dolor bienestar profundo: tan sólo me importa en mi breve existencia, bajo del planeta, vivir con conciencia y morir sin sombras, en su inmenso mundo. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Contemplo la vida cuan lenta se va, y más le perdono, si más me ha ofendido, miro siempre a Dios en su más allá con ansias de verle, en lo no venido.
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¡PERDONA, SEÑOR! |
_ ¿Qué me ha dicho que ha muerto mi moza? Ma treviera a jurar que es mentira, que la vi esta mañana, robusta y hermosa tan enllena de fe como enllena de vida. _ Eso mismo, güen pablo ijimos a la hora el ordeño, tos en la tená, que tos de mañana como tú la vimos igual que una rosa fresca y colorá. Pero oimos gritos de sus dos zagales y una voz de auxilio en el monte se oyó: marchamos corriendo a los peñascales, y allá la encontramos entre unos chancales con una cabrita que también cayó. Y cuando llegamos, aun tenía vida que vimos sus ojos, y oímos su voz, y muriendo dijo que del mundo se iba porque hacía un poco la llamaba Dios. _ Entonces es cierto, si es cierto que del mundo pa siempre ha marchao, mas estoy seguro que ella no sa muerto que ha sío Dios del cielo que me la robao. _¡ Bien muerta, bien muerta la vide en el suelo y sus dos zagales la vieron también!
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_ ¡Mentira, no ha muerto, es que Dios del cielo ha sentío celos y como es tan santa, la quiere pa Él! _ No igas eso, Pablo, que es un juramento, aprende a vivir con resignación y en vez de marchar con ta furia el viento límpialo si puedes con una oración. Que Dios es más grande que sus creaturas, de eso sé yo mucho... porque ha mucho tiempo que viviendo estoy y hi hablao con Él dende esas alturas aonde con mis cabras tos los días voy. Alivia el dolor que tu alma siente y cura tu herida empezando a rezar, que Él nos ama tanto, que nos ama siempre... ¡tan inmensamente... que ama sin pecar! _ Tie razón tío Usebio, te mucha razón, fue una arranque brusco que tuvo el dolor cuando usté le ijo a mi corazón que ya había muerto pa siempre su amor. Dios siempre es más grande que sus creaturas, Dios no tie celos, que es to pureza y divino candor, perdona este grito de mi desventura, ¿perdona, Señor... que fue una locura... ¿Locura de amor! |
TU ALIENTO Mujer: tu aliento es para mi alma como una gota de agua sobre una seca flor, llega, la acaricia, la refresca, la calma; ¡pero al evaporarse es más fuerte el dolor! y a pesar de ser tu aliento como la gota de agua, y a pesar de ser mi alma como la seca flor, ¡¡yo bendigo mil veces la abrasadora fragua que en nosotros produce las chispas de amor!!
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¡Y SIN PERFUME ESTÁ MI ALMA! Flor que naciste ayer con tu vestido de grana, hoy te cortó una mujer y contigo se engalana. ¡Pobre y delicada flor que al empezar a vivir sentiste el cruel dolor que trae consigo el morir! La mujer que te cortó, un hombre la cortó a ella, y al mismo tiempo murió tan linda... como tú bella. Y al morir vosotras, flores, ha muerto también mi calma... ¡y murieron mis amores... y sin perfume está mi alma!
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¡YA VOY A MORIR YO! Como el sol en la tarde para ocultarse avanza, así con fugaz paso marchó ya mi ilusión. y en el triste camino de la perdida esperanza, el sueño de la muerte llamó a mi corazón. _ Y, ¿qué quieres? _le dije_ Que mueras enseguida; con voz doliente y triste así me contestó: _ ¿No sabes que ella ha muerto? ¿para qué quieres la vida? Y contesté rezando... ¡¡Ya voy a morir yo!!
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IDILIO -¿... Un beso me has pedido? ¿y... para qué lo quieres? _ Para forjar un nido de sabrosos placeres. _¿También con besos tú, nidos saber forjar? _Sí; un nido de tisú donde poderte amar. _Pues si es que es para eso... ¡te lo doy entre flores! . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . ...Se acercaron, sonó un beso y, en el nido de amores, los dos quedaron presos. |
PARA EL INTELIGENTE CIEGO MAURO GONZÁLEZ |
¡Mauro, humilde! ... ¡Mauro, noble! bien quisiera que mi musa sencilla, fuese fuerte y vigorosa como el roble que se eleva en la llanada de Castilla. Como lo es la exuberante primavera, como lo es en la torre de la aldea el broncíneo sonar de la campana: mas no importa Mauro... que aunque no quisiera, ¡mi musa es sentida y sincera porque es castellana! Y con ella tejer quiero un canto, que rinda a tus pies mi admiración; escúchale mauro, y ponle atención; que va envuelto en palabras de llanto tan sentidas y puras como una oración. Tú eres el maestro que vive entre canciones, tú eres el maestro que sus canciones lloras, tú eres el que sientes en enérgicas pasiones la abrasadora llama creadora. |
Tú eres el maestro a tu música sujeto, donde tienes de ilusiones un castillo; tú eres todo luz de ese espíritu inquieto que siendo de hombre, también lo es de niño. Tú eres el que sigues orden de labranza porque sabes lo bueno que es sembrar, tú eres el que siembras en el niño enseñanza y recoges siempre cultura y bienestar. Y es que tú no ignoras que obra educadora, es obra de bien y es obra de amor; tan brillante siempre como luz de aurora, tan fragante siempre como esencia en flor. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Y puesto que tu trabajo constante mis versos no saben cantar, te digo buen Mauro ¡valor y adelante! que este es siempre el medio de poder llegar; sigue como siempre tus buenas campañas, y endulza con arte el dolor de tu herida. que cuanto más fuertes sean las batallas ¡mayores encantos te brinda la vida! (Esta poesía fue leída en un banquete en honor del ciego) |
SER Una flor que ha perdido su perfume, un astro que ha perdido su fulgor, un ser que no tiene ya esperanza... ¡eso es mi alma cuando duda de tu amor! |
QUE NADA HAY TAN TRISTE... |
Ya la tarde se sume y se acaba, el sol se desliza hasta el rojo poniente y entre piedras formando cascada se desploma cantando una fuente. Del sol, ya sus rayos sin calor se siente, y la noche envuelve con su nube densa, la siempre rugosa y arrugada frente del sabio y poeta que rendido piensa. _¿De qué os ha servido hallar la belleza, ¡oh! sabio y poeta que buscáis la verdad?, |
¡si llegó la noche que es todo tristeza y os borró la idea con su oscuridad! Dejad que os combata ese sueño profundo que ajeno de ideas pudiérais sentir, y no os importe lo que sea el mundo ya que por desgracia en el mundo vivís. Huid del peligro de poder encontrar, los tristes dolores que trae el saber; ¡que nada hay tan triste como una verdad... hallada en las sombras del amanecer! |
AMOR QUE MATA |
La vida que antes fue todo un encanto todo luz de un divino amanecer, ...¡sólo es hoy un continuo y triste llanto, con la calma de un oscuro atardecer...! Aquello que antes tan feliz para mí era, aquel rayo de esperanza y de ilusión, ... sólo es hoy una flecha traicionera, que me hiere gravemente el corazón...! El inmenso calor con que la amaba, y el placer que al amarla yo sentía, ha dejado a mi alma trastornada, |
al ver que la ingrata se burlaba del noble y fiel amor que la ofrecía Una idea nubló mi triste frente, idea mantenida en mi locura; y, al irla a ejecutar rápidamente ¡quedó nublado el azulado ambiente, y canté con un llanto de amargura! ... ¡ Mujer que tanto he querido, y aún no dejo de quererte, para siempre me has herido! con tu recuerdo no vivo; aunque olvidarte... ¡Es mi muerte! |
AURA PESCADORA |
Sobre las mansas aguas de la presa, que fingen blanda y movediza alfombra, cuando la luz solar ya no refleja, cuando la tarde gris morir se deja y queda todo en uniforme sombra: cuando la noche dulce y silenciosa tendiendo al mundo su enlutada velo, con mano firme y misteriosa va prendiendo mil astros en el cielo: cuando la luna blanca y rutilante, cubierta de plata parecía dos divinos y grandes diamantes, la presa en la noche encendía; y eran tan bellos esos dos diamantes que encendió la presa, que tomaron celos esos mil brillantes... que ha prendido el cielo. ¿ Qué tendrán los diamantes que encendió la presa, que la luna blanca discreta y callada en la noche tibia que en silencio reza, desciende a sus aguas cual blanca princesa y con cara celosa y alma enamorada a los dos diamantes suspirando besa? ¡Ah, misterio, misterio amoroso que mi alma quería pronto conocer: ¡silencio! rumor de una barca, me sentí celoso, y junto a los remos brillaron dos ojos y sonó una risa limpia, de mujer; y sonó una canción de ámbar y de oro y en sus rojos labios de granate fresa los compases dulces de un beso sonoro |
con mimoso acento despertó a la presa: y una brisa suave cual la primavera bajo el cielo puro, limpio y luminoso, arroyuelo abajo, arrastra de la aldea la canción sencilla de un robusto mozo: la canción cargada de sentires sanos que en la aldea humilde siempre existirán, las canciones esas que los aldeanos cantan a sus mozas al poner los ramos en la noche alegre y santa de San Juan. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . ¿Por qué al mismo tiempo de estallar el beso llega hasta la barca la regia canción? ¿Quiero huir!.... y noto que me tienen preso con amarras fuertes en el corazón. La noche ha avanzado perezosamente; aún falta una hora para amanecer: me cierran los ojos, y en mi fría frente siento que han tocado labios de mujer. ¡Es otro misterio! Siento un miedo atroz, miro y es de día, la barca está sola .... y escucho una voz: ¡Vuelve aquí esta noche, vuelve, pescador... que a la misma hora vuelve aquí tu amor! Que el beso en tu frente no es beso mentido, que es de aquella moza que murió y te adora, y que para verte, Dios le ha concedido... ¡Ser cuando ella quiera "AURA PESCADORA!". |
YA NO CANTAN EN LA SIERRA LOS PASTORES |
¡Ya no cantan en la Sierra los pastores porque el delicioso campo ha perdido la belleza de las flores, y ha perdido la verdura de su manto. ¡Ya no cantan en la sierra los pastores! y aquél himno que antes fue todo de amores se sumerge en un continuo y triste llanto. Los pastores que cantaban en la Sierra, las ovejas que balaban sin cesar, y el cachorro, el corderillo y la becerra se han dormido en las entrañas de la tierra y no pueden de su sueño despertar. ¡Ya no cantan los pastores en la Sierra! y la fuente no se atreve a murmurar: la alegría de aquél mayo tan florido que a pastores y poetas alegró en las tardes otoñales se ha perdido: ¡y hoy mi canto solamente es un suspiro que la tarde en su tristeza me inspiró! La alegría de las noches estrelladas, el perfume soñoliento de la era; y la luna que al reir acariciaba |
el mohoso tapial de la majada y el romántico sabor de la vereda; ¡hoy parece una rosa deshojada que sin perfume ni belleza queda! La alegría de la lírica mañana, la belleza de la pintada pradera, y el monótono sonar de la campana que se esparce por la tierra castellana recordando con su son la primavera; ¡ya no alegra como antes la besana, porque consigo la tristeza lleva! El alegre cantar de los jilgueros, el dulce lamentar de los zagales, el reir de los frescos aguaceros, y aquel fuerte sabor de madrigales; ¡quedó muerto en las tardes otoñales hasta el mayo feliz que tanto espero! ¡Pobre Sierra! Sin versos, sin trinos, sin flores, la sombra de la muerte en ti refleja; ... pero alégrate y no llores; paz para guardar el luto a tu tristeza, ¡ya no cantan en la Sierra los pastores! |
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