Poemas de Marisa Barros en esta web |
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8 a soto-vento 1º
Nace
del sueño
La luna, con
la blusa mojada sonríe y
sonríe en su carro de paja… y otros
cuerpos se tornan espigas; rompiendo en
las copas, como las olas desencajadas, que contra
las rocas escapan del mundo. Sueño... emociones desérticas en mi intestino de un paso que se anuncia libertario a otra libertad no conocida, ¡Primavera de destinos! La inconsciencia menor de la lluvia tornó con el tiempo, una postura estoica y apiadada del propio corazón, que maltrecho, nacía en el sueño como un símbolo.
2º
La
caricia del alfarero En el taller del moro: barro
y agua recrea recipientes, cuencos
hondos; da su forma soñada: el
alfarero, de la tierra a sus manos… Crecen hacia la luz, concéntricos movimientos que suben ¡Armonías! Como besos de bocas
entreabiertas. Va pintando el delantal de barro y agua; va macando sus huellas
dactilares el alfarero de los sueños. Quedan las huellas de los
hombres en la caricia viva; quedan las geografías lentas impregnadas en el tacto. ¡Ay, la caricia del alfarero! *******************************
3º
Labio
por labio La negación no existe; sino a veces, de un espacio, de un tiempo definido. Preciso sólo entonces. ¡El resto espera! Ofrece y ofrece… su corazón, como una gran pregunta entre los labios. ¿Quién necesita un beso? Yo te lo doy; de papel
pintado lo envuelvo con palabras
cotidianas, lo desdibujo luego, en tus
ojos para que no lo veas. Sólo así nadie hará
preguntas, ni podrán morder intestinos rotos de no entender nada; ruido de cháchara. ¿Quién te lo niega? Y a veces, creo, sería
justo: cerrar la puerta y quedar
dentro ¡Labio por labio entregado! *************************
4º
Dunas de arena Desierto de mis días y mis
noches ¡Me das dunas de arena! A luz abierta, siempre
penetrando, por estos poros ñaque que el aire vapulea con
paciencia. Me das dunas de arena… ¡No cabalgadas! La noche modifica sus montículos, el sol los reconoce y
nuevamente: un beso se hace hueco entre
las manos… ¡Dunas de arena! Que cada amanecer inopinado despierta, con los ojos
sorprendidos ante un yerto territorio sin
conquista que sólo tu sonrisa me
levanta. |
5º
Mariposas
azules ¡Cuántas mariposas azules se me erizan en la garganta! Desplegando su polvo mudo en columpios de infancia, en la melancolía… sólo para decir: te quiero. De cada vez, de cada paso, en cada sueño existe una sonrisa que declina una nube en el ombligo y grita: ¡Estoy aquí! ¡Contigo! ¡Despedazado! Deformando el destino para que sea el tuyo, recordándote los nombres de las cosas en su valor profundo: ¡Una sonrisa! Como una mariposa azul, va proyectando tu imagen vertebral: la gran columna.
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6º
Con
las palabras Con las palabras, con las mismas palabras engendradas a pares de cuando andabas descalzo, con los pies oliendo a cilantro y arrastrando colores de ocaso nuevo con tu llave sincera. Con las palabras, abriendo los cerrojos uno a uno, probando recipientes con esencias, brincando en las tormentas cotidianas, con tus dedos de flecha de madera vivida y astillada, silbando en los ombligos respuestas acertadas en un cuerpo. ¡Oh, raíz de diamante ya pulido! Reventando las piedras a pura fuerza: a golpes de energía controlada usando las palabras a bocados. Con las palabras, junto al suelo; vimos segar los campos que esperaban de tus ojos el agua, en el ébano mío. Dejamos correr a los niños y a los gatos y fuimos hilvanando norias donde los sueños prendían sus cuadros. Ahora somos más, con las palabras; para medir persianas y colocar las lámparas de colores creando forma y fondo, luz y sombra: Todo
está en la palabra… Con las palabras voladas en el alma de las cosas… Girando en las pequeñas estaciones como un tren dislocado que acumula fronteras y paisajes inmediatos… sin detenerse y acaso: ¡ Sonreír!
7º
Vamos
llegando Lo que un hombre silencia se halla detrás de sus ojos, cada vez que es capaz de hablar con la tierra y reconoce el valor del profundo respeto. Sencillamente: ocupa su lugar. Sólo cuando sus pasos conforman el camino y van llegando. Un día su cansancio es infinito… es entonces, cuando mira desde lejos todo lo que ha creado y alcanza su armonía, su paz, reconoce la huella, su propio zapato, porque sabe que él: ha quedado allí.
********************** 8º Atrévete a errar y confiesa Atrévete
a errar y confiesa, promúlgate
una idea diferente que
te rompa el esquema de estar vivo, que
pueda pasear sin tu presencia como
una sola mente indefinida una
dedicatoria de la sangre que alude tristemente lo que somos y
que te pique el sol, como una culebra, con
la lengua enredada a tu lengua… sin
poder pronunciarse como
una sola voz. Fíjate
en esos cuerpos transformados tras
los años en flácidas arrugas; a
veces inmóviles, espejos de sol, otras
escurridizas, raudas
y estáticas lagartijas fútiles como
de… o en un pensamiento, volviendo
a su hangar definido para
consolarse y dormir luego. ¡Acaso
dormir sea el consuelo! Pero
sus días y los nuestros tropiezan se
miran de frente, retozan confundidos contra
sus propias piernas y
un dolor entre las fauces apretadas ¿Qué
no dije del agua? Todo
viene. como todo se va … después
¡Qué importa! Uno
juega a ir y venir de su memoria: ¡Eso
es la vida! UNIVERSO… Marisa Barros |
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